El Poblenou fue el barrio obrero por excelencia durante el siglo XIX y en él todavía son visibles algunas de las chimeneas de ladrillo visto conservadas, recuerdo del pasado industrial y fabril de la zona. Una buena parte de esta área fue rediseñada a raíz de los Juegos Olímpicos del año 1992 como barrio residencial para albergar a los atletas y deportistas. Cuando los juegos finalizaron, los edificios se pusieron a la venta a particulares y formaron un nuevo barrio conocido como la Vila Olímpica. Muy cerca se encuentra una de las entradas al recinto del Zoológico de Barcelona.