Barcelona no podría entenderse sin la figura del arquitecto Antoni Gaudí, un ejemplo de innovación en los sistemas constructivos y en la estructura de los edificios. Sin duda, es uno de los máximos exponentes del arte moderno catalán, estilo que surgió de la “Renaixença”, un movimiento que buscaba referentes históricos en la Edad Media.
Gaudí, de férreas ideas religiosas, quería expresar los ideales de la religión cristiana y comunicar a todo el mundo el mensaje evangélico a través de la arquitectura, de ahí nació la Sagrada Familia, centro de espiritualidad internacional que ha logrado ir más allá de lo religioso.
El templo esconde múltiples curiosidades como el llamado cuadrado mágico, situado justo antes de cruzar la puerta de la Pasión: un enigma numerológico de 4×4 que, sumando en vertical, horizontal y diagonal, da como resultado 33. Durante años se ha intentado relacionar a Gaudí con la masonería, y relacionar el resultado de este juego numérico con los 33 grados de esta sociedad secreta. Por ello, y para salir de dudas, es importante saber que el cuadrado mágico no fue creado por el famoso arquitecto, sino por Josep Maria Subirachs, el escultor que se encargó de diseñar el conjunto escultórico de la Fachada de la Pasión. El 33 del cuadrado mágico simboliza la edad con la que falleció Jesucristo.
Visite este emblemático monumento, algo imprescindible para completar su visita a Barcelona. Puede simplemente disfrutar de su majestuosidad desde el exterior o visitarlo y descubrir todas las curiosidades que esconde esta increíble obra arquitectónica.
No siempre se tiene el privilegio de ver nacer una catedral, así que no se pierda la oportunidad de hacerlo.